jueves, 16 de julio de 2009

Abominación

Debajo del sombrero llevo los peines
del viento. Rotas ya las venas del dolor.
Nones -que no noes- fraccionan el movimiento
de mis dedos en un frágil péndulo de risa:
ellos no saben de nuestra existencia.
¿Quién levantó los besos de la discordia
en aquel verano de pantalones blancos?
¿Quién partía el calor en los muslos
cuando ya todos nos agredían a celos?
Este perderme las abominaciones
de no ser tuyo, este autismo de roces,
me ha coronado de abejas la mañana
y no puedo derretirme en más calor
porque me faltan embestidas.
Sucios como asnos sin murmuraciones
y pegajosos de esta dominación única
que me lleva a los horrores del placer.

2 comentarios:

Bohemio dijo...

Poemas como éste, leído a deshora, con la rutina del día mojando mi piel, el hastío adherido a los huesos y el cansancio de un viernes desabrido logran que uno sienta que la vida merece aún la pena, que este es el comienzo de dichas que vendrán y postreras tristezas.

Un admirador con gafitas y pecas, ¿adivinas quién soy?

Pista: Mírate a un espejo, busca arañazos en tu cara y busca al culpable. Te quiero.

Sergio dijo...

parece que has vuelto. y no, no me refiero al blog.