"Me llaman Antonio aunque a todos
obligo para que me llamen Azucena.
Si es cierto que no tengo manos
de tiburón galano será porque no vieron
mis jábegas allá en el puerto malagueño
ni mis pechos enhebrados en polainas
mal avenidas. -Yo a todos les obligo
a que me toquen los pechos-.
Que no es cierto que tome el café
con Madama Cancallosa ni con
Sita Romera; yo soy más de chocolate.
Y hundirme en la taza con los ojos
deseosos de algún majareta
que me compre papelinas rosas
y brillantes para luego escuchar
un poco a esta boca incierta.
Si es que dicen que tengo prisa
será porque ando de arriba a abajo
refregoteando sábanas y piernas,
desahuciando a los lagartos cachondos,
descosiendo el dinero y las medias,
plisando almanaques, visitiéndome
al fin que es lo que me quita las penas.
Porque no hallo tiempo, de veras,
créeme, que me bastan las cosas
simples, lo mínimo para servirte.
Si yo sólo quiero
que me llames
Azucena."
3 comentarios:
como una canción
con un nombre precioso
plisando almanaques, no hallando tiempo...
mi vida con frecuencia también recibe el nombre de Azucena.
un placer haber caído por aquí
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