Hace largo rato que no escucho tu súplica
y mi pataleo se agota lentamente.
Con las orejas pintadas de rosa te amarillea
la vida; sabes a limón por cualquier parte.
A mis costados, las luces dejan de rezongar
cuando ya se han muerto las ganas de verte
y los claveles me parecen más sucios
y la tormenta más de menta,
y tus ojitos más hijos de la noche.
Sé cuánto llora la Giralda
y cuánto de espeso me disfruto.
Encima de tantas gangas, después de tantas
ofertas, te he dejado la piel en los hilos
y las sombras en las costuras.
Te refrena el odio de llamarme poema.
4 comentarios:
[...] sabes a limón por cualquier parte.
Tu nombre va por mis venas como mejorana y "yerbabuena", unidas al tatuaje de mis espejos, como el limón y la canela en los perfumes de mis palabras. En el limón soy más que veneno y en las rosas más que espina, mas en el jardín de mi eternidad sonora, no soy más que el zumo de tu limón.
[...]Sé cuánto llora la Giralda[...]
Yo sé que llora, cuando se asoma para verte, junto a su Giraldillo, para escuchar tu poesía, con el limón, la canela, la mejorana y lo púrpura de los lirios.
Yo bien sé que llora, lo mismo que tus palabras, repiqueteando como campanas, entre mis cinco "sentíos".
Olé tú, artista.
Todo muy vanguardista. Me encanta.
Gracias por leerme, y por tus ánimos. Tengo que empezar a darle otra cara a lo que escribo. Lo sé.
Yo no tengo ni la mitad de grandeza que tienes tú. En todos los sentidos.
Un beso.
jejeje... ya ves, a la vejez viruela, y ahora decido abrir un blog; una vez más, tampoco tengo muy claro adonde quiero llegar, pero se irá construyendo poco a poco, jeje. Nos seguimos con atención... Y a dar salida al torrente emocional! jejeje, besosss muy fuertes
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