he dejado de arrojarme a la nada.
Salgo de paseo con las tiznes a cuestas,
acechando tu piel rojiza por entre las pestañas,
siguiendo el hilo que va desde tu sangre a
mi encéfalo. Dejarás de buscar
como yo también dejo de lado hacer la cama
los días de luto y un aire caliente
terminará por apretarnos la chalina
en un ¡ay! de boca espesa y amarillenta.
Solos, como quien deja la saliva
en otra boca bañada en menta, como
cuando recordamos la inseguridad
de una excusa, como si la piel
nos mudara cada segundo
-y no ser ya más-.
8 comentarios:
deja de ser, pero no
desaparezcas.
[por cierto, ¿has estado en londres, y no has avisado?]
Los días de luto se debe saltar (o botar) en la cama !
Lo sabemos !
Querido...
:)
jo... k puta maravilla de entrada, jejeje... Yo tenía conocimiento de que esta entrada se iba a producir? No sé si es esta, pero vaya... Dices cosas que me suenan bastante. Maravilloso amor, como siempre. Te hablo pronto.
Si estás impasible, grita. Continúa haciéndolo con el calibre de las palabras... Hermosas y profundas. También perteneces a los blogs que sigo.
Aun guardo en mi casa aquella revista en la que escribiste y que me firmaste... Hará aproximadamente... 5 añazos... Que bonito seguir disfrutando con tanto privilegio de tus palabras. Te he hipervinculado desde mi entrada (intertextualidad, no?)
Qué foto más bonita de esa maravillosa ciudad!
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