miércoles, 14 de abril de 2010

Elegía

Se la llevó su último hilillo de voz,
tenue y triste en la noche cerrada
con las manos frágiles y el pelo blanco
de tanto amar -pura y cristalina-.
Oriunda vuelves a la tierra tuya,
tan cerca de la mía, con los ojos
cansados de mirarte las entrañas
del dolor y en tu frente se adivinan
los años en que fuiste aceitunera
de vértebras y señora de luto.
Láquesis cosió tus enaguas con
el tafetán de sus ojos y puso la herida
en tu cintura. Que ya el jacinto
se consume como un sol sin primavera
y han venido las madres a llorarte
con el aliento seco en el ocaso.
Quisieran germinar mis dedos
para acercarme a la raiz de tus
mejillas y no alcanzo más que a unos
versos que quizá leas postrada
y serena en la silla del celeste mar.

* A Mª Teresa Gálvez.

2 comentarios:

En mi recuerdo dijo...

Sueños de río sevillano.

¡Ay, río Guadalquivir
si yo pudiera abrazarte!
¡Ay, río de mi Sevilla
que hoy se duerme entre tus sueños!
¡Ay, río dulce y sereno
por tus sueños yo navego!
Tu frente pálida y fría
-de arcángeles y laureles-
camina ya malherida
para perderse en el río
por tu cintura partida.
¡Ay río de tu muerte que
abrazado a la Giralda
sería torre y veleta,
y arco de fe y esperanza.
¡Ay, río de negra pena
que en susurros de campanas
de oro y bronce ‘fundío’,
te corona de amapolas
por el río, sobre el puente!

Para ella.

Pilar dijo...

Jo, que homenaje más bonito.
Un besito fuerte Al