viernes, 30 de enero de 2009

Se busca sonrisa telúrica

¡Qué lástima!
Ya ni nos esforzamos por sobreactuar,
por lanzarnos al suelo,
por brincar con un hielo en los ojos,
por decirnos en qué caricatura
me ves más intenso, más mío.
Es cierto que todo te pasa
por no venirte a tiempo,
por acabar con el infinitivo entre los dientes,
por regalarme dinero en vez de flores.
¡Qué lástima!
No podemos ni enjaular el criterio
que nos hunde en la miseria
porque te empeñas en vaciarte la boca
antes de la merienda. Y tú sabes
que es una lástima.
Si fueras un poco... Si yo fuera...
Si tuviéramos una sonrisa telúrica...

jueves, 22 de enero de 2009

Tanto tango

Estoy dispuesto a borrarme la cara treinta y dos veces seguidas. Ya sé que no soy tan eléctrico ni tan agonizante como cualquier chico de la calle pero podría imitar un gesto, una caricia, una mentira, un diálogo. A fin de cuentas, somos las espadas de esta carta sin pretensiones y en los ojos se nos nota la avaricia y el deseo de empuñar el zapapico para auto-sepultarnos en mitad del silencio.

Tanto tango te aborta los ademanes y te vales de cualquier cosa que me sepa, que me recuerde. Porque yo sigo calcinándote las venas con la risa barroca y en tus dedos queda la mitad de mi fiebre gritando obscenidades. Yo lo siento, sí, como si fuera un ejército de rabia que se acumula en la saliva y te prepara el hueco en el corral cochambroso de tus pensamientos.