miércoles, 16 de octubre de 2013

Orgía

Me iba porque la inaguantable sirena
desamaba pronto el ojo viudo
de mi cuerpo. Acaso pueden las olas inclinarse
ofreciendo detalles macabros de sus peces,
la luz neutra que repelen los pinceles,
el hueco que desprecian los humanos.
Sin querer hemos partido hacia el verano
inerte que reflejan tus lágrimas
y pienso -ciegamente- que adorar adioses
no tiene ya el presagio de algún amor obsceno
que contempla lo hermoso y lo cuestiona.
Vuelves inerme a este lupanar
dispersando el espacio y la apariencia
para que al menos, entre imagen y memoria,
puedas desnudar el ancho de la noche.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...cada vez me sorprendes más, me llegas más, y te superas... adoro leerte, que me llegues, reflejar tus palabras en mis ojos... y quiero tenerte ahí... me gusta, y cuando no escribes... te echo de menos. Esta isla, sin tus palabras, flota, pero sin rumbo... ojalá estuvieras cerca, qué cosas.... Miguel

Anónimo dijo...

... Tú también desnudas el alma en cada verso para revestirnos de poesía culta y auténtica...

Siempre detrás de ti, absolutamente todos, porque el aura que envuelve tu forma de decir no deja más que ser sombras de tu escritura.