jueves, 20 de junio de 2013

No escribo para cambiar el mundo...

No escribo para cambiar el mundo
porque, tal vez, el mundo no quiere cambiar.
Nos duermen con las nanas envenenadas
que alguna mano zarandea de vez
sin cuando
para tapar el terror, la miseria,
la corrupción y la indigencia.
Y a cambio devolvemos al espejo
la sombra que más nos aclama,
la verdad que más nos duele,
la mentira que más nos satisface.
Hartos de parir ínfimas ideas
nos amagan con destituir el suelo
que pisamos y con la fiebre del perdón
justificamos todo ideario de defensa.
Yo no tengo las palabras mías
-que tan sólo fueron vaguedades-
para dar la primera hostia
a cuantos creyentes de la vida
pusieron la tercera piedra sobre el camino.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No escribes para cambiar el mundo, pero, si sigues haciéndolo así, puedes cambiar el pequeño mundo de alguna persona que, como yo, en un momento dado, como éste, te lea.

No puedo decirte más salvo lo que ya sabes que siento por ti.

Montse.

Álvaro Beltrán dijo...

Me emociona leerte, Montse. No hay nada más satisfactorio que provocar palabras y sentimientos como los que describes.

Mi más sincero agradecimiento por pasarte y por quedarte.

Anónimo dijo...

...y a mi, al leerte de nuevo, haces que tambalear mi isla...
y llego a casa y me encuentro esto, tras meses, y sonrío... y tú ya has cambiado mi mundo, desde que me topé con éste, tu patíbulo... (que bien tu vuelta, y... qué bien tú)
un abrazo
miguel

Álvaro Beltrán dijo...

Aliento de mar son tus palabras, Miguel.

Un abrazo inabarcable.