sábado, 26 de diciembre de 2009

Un montón de huesos descatalogados

Mira que he buscado,
pero estas manchas de sangre no salen
con nada. Qué inútil esfuerzo, qué desagradecidas
las miradas con las que me juzgas. Si todo fuera
así de sencillo, tan rápido que no diera tiempo
a limpiar nada, tú habrías acabado suicidándote.
Porque tienes el miedo de un cómplice
que ha perdido las gafas en mitad de un autobús
y te arrimas a las túrdigas como para conocer
que no eres tú, sino otro, quien necesita asilo.
Mira que he buscado,
de un lado ya no quedan palabras y me das
a elegir entre el muerto o tú. Eso quisieras.
Eso quisiera.
Que se levantara una torre de sangre
para que ya no hubiese más abismo
ni más reproches, ni más hambre.
Sólo un montón de huesos descatalogados.

2 comentarios:

Ser paciente tiene su precio... dijo...

Cada gota de sangre, cada torre vigía, cada personaje perdido en una novela, cada asiento, y todo esfuerzo posible, podrán jamás, nunca diría yo, acabar con un despliegue de órdenes parareligiosas entre huesos catalogados, muertos y yo.

Torre de sueños dijo...

Eso quisiera.
Que se levantara una torre de sangre...

¡Qué se levante la torre de mis sueños con tu poesía!

¡Qué se levanten los huesos descatalogados y se mezcle con la sangre que corre por mis cimientos!

Un beso siempre.