jueves, 31 de mayo de 2012

Entierro

Te puse sobre mis ojos el entierro
de aquel mes de diciembre para que
entre cuerpo y ceniza no hubiera
más lamentos ni más excusas.
Juro que no pensé en un beso de más,
en una alhaja, en un vamos a escondernos;
no son esa clase de mentiras
las que tú mereces.
Si a cambio del dolor alguien
viniera rogándome con las dos manos
- anaranjado por la confusión
que me produce volver a empezar -
estaría de nuevo vivo y muerto
creyendo en un solo Dios,
aferrado a la mísera pamplina
de una de esas caricias
a las que llamar desamor, hueco,
sombra, esqueleto o huerta.
Si quieres venir, hazlo con la luna
envuelta en sábanas negras
y dale calor a este jacinto débil
que se ahoga esperando, esperando,
esperando, esperando, esperando...
Que también los que no lloraron
tuvieron un mar cosido al silencio.


2 comentarios:

Brissac Marcel dijo...

Simplemente, sublime. Te quiero.

Anónimo dijo...

Prezado Álvaro,
são lindos os teus poemas. "Entierro" é um dos que mais gosto.
Buenísimo!

Saludos desde São Paulo, Brasil.

Ivan